Caerse a palos...
Una gran trinitaria con flores de llamativos tonos recibe
a quien cruza el umbral del patio. ¿Naranja con rosa? No
se sabe, pero es el color del país, del estado, del trópico.
Tres círculos de cemento marcan los sitios donde Eduardo
Sanoja y sus compañeros "se caen a palos" cada domingo,
a las 10:30 de la mañana, en batallas de garrote que
buscan rescatar una tradición en vías de extinción.
Entre versos transcurre la visita con este ocurrente y excéntrico artesano, nacido en
la parroquia Catedral de Caracas, un 11
de octubre hace 71 años. Es el responsable
de hermosas tallas de bastones y bolas, verdaderas obras de arte que han sido merecedoras de premios en los salones más prestigiosos en
el ámbito nacional e internacional; y que constituyen toda una grata
experiencia por la variedad en diseños y precios.
"Garrotes y bolas es lo que hago para vivir, porque de algo tengo que comer, pero
el rescate del juego del palo, la escuela de garrote y todo lo que escribo, son los aportes por los que me gustaría ser recordado", dice a manera de despedida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario